Diarrea II
El tratamiento de la diarrea dependerá de la causa, si es por intolerancia a alimentos o por medicamentos, éstos tendrán que suspenderse y el episodio será limitado. Las diferentes enfermedades propias del intestino, las secuelas de intervenciones quirúrgicas o las tumoraciones tiene su manejo individual.
En lo que respecta a las causadas por bacterias se tendrá que dar tratamiento con antibióticos y recomendaciones de rehidratación. Las diarreas causadas por virus son atolimitadas, es decir tienen una duración límite de 3 a 8 días, pero es muy importante prevenir una deshidratación y para ello se deben hacer modificaciones de la dieta. Si hay vómitos asociados, se debe tomar medicamentos que los controlen y la ingesta de comida o líquidos debe ser poca cantidad (un bocado o un trago) pero seguida (cada 5 o 10 minutos).
Dentro de los líquidos recomendados están el suero oral, jugos de manzana, melocotón, pera, agua de arroz, té de manzanilla y para los lactantes la leche materna es indispensable, cabe mencionar que no todos son líquidos que se puedan utilizar para tratar una deshidratación pero si para mantener. Se recomienda mantener una alimentación lo más normal posible, pero con poca grasa y condimentos. No se debe consumir agua pura, refrescos gaseosos, ni leche o derivados de la misma.
Las enfermedades propias del intestino tienen un capítulo aparte dentro de las diarreas, puesto que en estas, además de tener cuidado igualmente en mantener la hidratación, los electrolitos y la alimentación; se debe dar tratamiento específico y la diarrea puede ir cediendo ya que en estos casos es un síntoma de una enfermedad y no la enfermedad como tal.
Como todo en medicina lo más importante es la prevención, y las diarreas de origen infeccioso no son la excepción. Consumir alimentos sólo en sitios donde sabemos guardan medidas básicas de salubridad, un buen lavados de manos con agua y jabón que dure aproximadamente 30 segundos mínimo antes de manipular alimentos, después de ir al baño, después de estornudar y cubrirnos con la manos, posterior a manipular dinero o después de ir al mercado; deben convertirse en una rutina no sólo nuestra, sino de nuestros hijos y amigos o compañeros de trabajo y así, con algo tan simple, evitaríamos muchas enfermedades con solo la prevención.
